
Todos hemos comido de más alguna vez durante las fiestas navideñas, pero la realidad es que no hay que subestimar los atracones. Estos excesos suponen un sobreesfuerzo para todos los órganos que participan en la digestión y, por tanto, pueden originar molestias gastrointestinales que nos estropeen los siguientes días. Además, los pacientes con patologías crónicas, como cardiopatías o diabetes, pueden sufrir descompensaciones y tener que acudir al hospital.
Por eso, lo ideal es que el atracón no ocurra. Para evitarlo, la Dra. María Blanca, especialista en Endocrinología de la Clínica Universidad de Navarra, ofrece algunos consejos:
- Evita durante el día los períodos de ayuno prolongados, realizando tres comidas principales (desayuno, comida y cena) con dos tentempiés a media mañana y merienda. De esta forma, evitaremos llegar a la hora de la comida o la cena con mucha sensación de hambre, lo cual aumenta las posibilidades de los atracones poco saludables.
- Diseña los menús de las comidas de los días más señalados, de forma que tengan un reparto equilibrado de verduras y hortalizas, hidratos de carbono, proteínas y fruta.
- Mantén un equilibrio: durante los días de fiesta, podemos tomar algún postre navideño con moderación y continuar realizando el resto de comidas de manera equilibrada.
Además, para aliviar los síntomas durante las siguientes horas, sugiere:
- Realizar ejercicio ligero (por ejemplo, caminar).
- Hidratarse correctamente: beber suficiente agua ayuda a recuperarnos ante una digestión pesada.
- Realizar las siguientes comidas del día más suaves, de fácil digestión.
¿Y los niños? Muchos padres se preguntan cómo actuar ante el exceso de azúcar durante estas fechas. La Dra. María Jesús Alija, especialista en endocrinología pediátrica de la Clínica Universidad de Navarra, aclara: “El problema no es el día, son todos los pequeños descontroles que hacemos durante el resto de la semana o del año. En celebraciones puntuales (también bodas, comuniones, cumpleaños…) no pasa nada. Pero, ¿cómo podemos evitarlo?
- Ayudarles a comprender cómo gestionarlo: Ellos deben ser parte del proceso, es importante que entiendan las señales de su cuerpo, adaptando el discurso según la edad.
- Planificación: al igual que los adultos, si planificamos con ellos previamente lo que habrá en el plato, los niños serán mucho más conscientes de lo que comen.