
Retener y recordar el pasado. Así es la definición de memoria, nuestra capacidad de registrar, conversar y rememorar acciones o experiencias vividas. Su deterioro es uno de los principales síntomas de la enfermedad de Alzheimer. Una enfermedad degenerativa que afecta al 5-10% de la población mayor de 65 años.
La causa final todavía se desconoce, aunque la edad es un factor determinante. De hecho, a partir de los 85 años la prevalencia aumenta a un 30-40% de la población. Pese a que no podemos evitar el envejecimiento, sí podemos actuar sobre la edad para ir cumpliendo años de una forma saludable.
“Es importante conseguir lo que conocemos como un envejecimiento saludable y desarrollar desde edades medias unos hábitos de vida adecuados. Y aunque siempre ayuda y es bueno cambiar de estilo de vida independientemente de la edad, lo mejor es comenzar cuanto antes”, apunta el Dr. Mario Riverol, especialista de Neurología de la Clínica Universidad de Navarra.
Un estilo de vida saludable es la mejor prevención ante la enfermedad de Alzheimer.
Por ello, el Dr. Riverol nos ofrece las principales medidas a tener en cuenta:
- Evitar los factores de riesgo cardiovascular: si cuidamos el corazón, también cuidamos el cerebro. Controlar la diabetes, el colesterol y la hipertensión arterial, y evitar el tabaco es muy bueno para el cerebro.
- Ejercicio físico: la actividad física viene muy bien, incluso cuando ya se padece la enfermedad, para ayudar a que el desarrollo cognitivo sea mejor.
- Fomentar la estimulación cerebral: al igual que hacemos con los músculos, el cerebro hay que activarlo para que no se atrofie. Es importante que nuestros hábitos de vida sean ricos en relaciones sociales y actividades lúdicas como jugar a cartas, hacer sopas de letras o ir al cine.
- Encuentros sociales: la interacción con otras personas nos mantiene activos, evitando el aislamiento. De hecho, la pandemia por COVID-19 ha conllevado un deterioro a nivel cognitivo en muchas personas.
- Dieta mediterránea: se ha comprobado que reduce el riesgo de demencia. Por eso, recomendamos el consumo de aceite virgen extra, la reducción del consumo de carne roja, y el aumento de pescado, fruta, verduras, hortalizas y legumbres.