La obesidad, un mal aliado ante la COVID-19

La obesidad, un mal aliado ante la COVID-19

Tras la primera ola de la pandemia por COVID-19, se comienzan a conocer los primeros resultados de los estudios puestos en marcha sobre la enfermedad del SARS CoV-2. Muchos de ellos se han dirigido a entender el comportamiento del virus en los pacientes y qué comorbilidades se asocian con un mayor riesgo de contraer la enfermedad y de desarrollarla de forma severa.

Entre estas enfermedades asociadas, una de las principales es la obesidad, ya que se estima que el 80% de los pacientes con forma grave de infección por COVID-19 tiene obesidad, según los datos de la Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad. La preocupación por esta problemática ha llevado a la Organización Mundial de la Salud (OMS) a celebrar una reunión de expertos internacionales, en la que participó la Dra. Gema Frühbeck, responsable del Área de la Obesidad de la Clínica y miembro del CIBEROBN.

“Hemos visto que los pacientes con obesidad tienen un mayor riesgo de padecer la infección, ya que son más susceptibles a ella debido a una alteración en su sistema inmune, entre otros factores. Además, la obesidad también está presente entre los pacientes con COVID-19 con un rango de edad más joven. Pero no solo eso, sino que los pacientes con obesidad también tienen más riesgo de desarrollar complicaciones”, explica la Dra. Frühbeck.

“Una predisposición, por tanto, que incrementa el riesgo de requerir hospitalización y, al mismo tiempo, de ingresar en la UCI, donde es más probable que necesiten ventilación mecánica invasiva”. Todo esto, apunta la especialista, “se traduce en una mayor mortalidad en pacientes con obesidad”.

Estas conclusiones son los efectos agudos de la enfermedad. Sin embargo, esta relación entre obesidad y COVID-19 tiene implicaciones a más largo plazo. “De cara a los tratamientos de estos pacientes, su sobrepeso hace que precisen mayores cuidados y que, posiblemente, las vacunas no despierten una respuesta inmune suficiente en ellos”, reconoce la Dra. Frühbeck. “Además, la diseminación viral en pacientes con obesidad es mayor y durante más tiempo, dado que el tejido adiposo tiene los receptores para el virus, lo que hace que permanezca más tiempo en el organismo”.

Un impacto que, debido a las medidas establecidas para el control de la enfermedad, como son el confinamiento y las limitaciones de afluencia a espacios como los gimnasios, puede verse agudizado. “Los pacientes con exceso de peso pueden sumar ansiedad, alteraciones psicológicas, un aumento de peso y de las enfermedades asociadas como la diabetes o la hipertensión debido a la situación que estamos viviendo, que también ha incrementado la cancelación de consultas médicas y cirugías como la bariátrica. Sin embargo, es fundamental que los pacientes vuelvan a consulta y sigan sus controles para, precisamente, evitar todas estas complicaciones”, concluye.



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