Sufrir un ictus: síntomas de alerta y cómo contribuir a la recuperación

Sufrir un ictus: síntomas de alerta y cómo contribuir a la recuperación

La Sociedad Española de Neurología nos recuerda hoy que un 25% de la población se encuentra en riesgo de sufrir un ictus a lo largo de su vida, y que se trata de la segunda causa de muerte en el mundo y la primera de discapacidad. Sin embargo, apenas la mitad de la población española sabría reconocerlo.

En la atención del ictus el tiempo es vital. Hay muchos tratamientos que solo se pueden aplicar en las primeras horas después del inicio de los síntomas. Si una persona identifica alguno de los síntomas de ictus debe llamar al 112.

Las principales señales de alarma de estar sufriendo un ictus son:

  • Dolor de cabeza de inicio súbito.
  • Perdida repentina de visión.
  • Dificultad para hablar o entender el lenguaje.
  • Pérdida de sensibilidad o fuerza en un lado del cuerpo.
  • Desviación de la comisura bucal

Después del ictus ¿Cómo podemos ayudar a una persona?

Una de cada tres personas que ha sufrido un ictus puede tener secuelas que incluyen alteraciones de movilidad (pérdida de fuerza), problemas para la deglución, alteraciones cognitivas, dificultades para entender el lenguaje o expresarse y depresión. Como consecuencia de estas secuelas, casi un 60% de los enfermos tienen problemas para realizar sus actividades cotidianas. Por tanto, es necesario planificar el tratamiento para mejorar las secuelas con un equipo multidisciplinar y de forma individualizada tratando de mejorar los problemas específicos de cada paciente.

En primer lugar, debe iniciarse el tratamiento médico más adecuado para evitar una recurrencia del ictus. En los pacientes que presenten secuelas físicas (hemiplejia, trastornos de equilibro) se debe iniciar tratamiento rehabilitador en cuanto el paciente esté clínicamente estable. Algunas personas necesitarán reeducar la deglución si tienen problemas para tragar, en otros casos será necesaria la logopedia si existen problemas del lenguaje, y en algunos enfermos es necesario realizar una rehabilitación cognitiva. Durante el proceso de recuperación un porcentaje considerable de pacientes presentan síntomas de depresión que requiere valoración y tratamiento específico.

Aunque puede parecer complicado, hay algunas pautas muy sencillas que podemos tener en cuenta si tenemos algún familiar o conocido que ha sufrido un ictus. Resulta positivo favorecer un ambiente tranquilo, alejado de ruidos excesivos. Cuando una de las secuelas de esta enfermedad es la afasia, cuyos síntomas incluyen problemas con el habla o la escritura en general es importante situarnos frente a la persona, hablarle despacio, de forma clara y sencilla, vocalizando y sin gritar. Es también frecuente que las personas que han sufrido un ictus, les resulta especialmente difícil mantenerse orientados, pudiendo ser de gran ayuda recordarles la hora, el día, el año e incluso el lugar en que se encuentran.

¿Cómo podemos prevenirlo?

Es importante tener en cuenta algunas medidas de prevención para reducir la probabilidad de que ocurra:

  • Evitar el tabaco
  • Limitar el consumo del alcohol
  • Realizar ejercicio de forma regular
  • Seguir una dieta mediterránea
  • Evitar el sobrepeso y el estrés crónico
  • Controlar la tensión arterial, los niveles de glucosa y el colesterol

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