
Pruebas del uniforme escolar, rescatar libros de la estantería para comprobar si sirven para el nuevo curso o elaborar listas con todo el material necesario. El mes de septiembre supone para las familias con niños dejar atrás las vacaciones y volver poco a poco a los horarios habituales. Una vuelta al cole que puede generar dolores de cabeza, pero que es también un buen momento para retomar esas rutinas y, como indica la nutricionista de la Clínica Universidad de Navarra Maite Aguas, incorporar hábitos saludables relacionados con la alimentación.
Por ello, la especialista ofrece las claves para que los más pequeños vayan retomando la normalidad de una forma saludable con la vuelta al cole:
- Organización: Planificar el menú semanal es fundamental para hacer una compra saludable y disponer de buenas opciones en casa. Si tus hijos/as comen en el comedor escolar, echa un vistazo al menú de la semana y planifica las cenas para poder complementarlo y ofrecer una dieta variada.
- Incluye a los/as más pequeños/as en las tareas relacionadas con la alimentación como la compra, planificación y cocinado de los alimentos. Conocer de dónde vienen y cómo se cocinan les hará estar más conectados con los alimentos y tener un mayor interés por consumirlos.
- En la mesa es importante comer en familia siempre que sea posible, evitando el empleo de pantallas (televisión, móviles, tablets…) y fomentando la conversación y un ambiente agradable. Además, los padres y madres son el mejor ejemplo, que os vean comer todo tipo de alimentos es fundamental para que se animen a probarlos.
- Seguir horarios regulares: Comenzar a ajustar los horarios de sueño y alimentación de forma progresiva unas semanas antes del comienzo de las clases es una buena estrategia a seguir.
- Tener paciencia: Introducir nuevos alimentos o hábitos no siempre es fácil. Se debe tener paciencia e intentar que los cambios sean progresivos.
¿Qué alimentos le doy a lo largo del día?
Desayuno. No todos los/as niños/as tienen el mismo apetito por la mañana por lo que no es necesario obligar a comer si no lo desean. Sin embargo, es importante que el tiempo no sea el problema, así que despertarse un poco antes y no tener prisa por salir de casa puede ayudar a realizar un buen desayuno. Hay infinidad de opciones como, por ejemplo, un vaso de leche entera y tostada de pan integral con aceite y tomate; un batido de frutas y avena o unas tortitas de harina integral y plátano acompañadas de fruta.
Almuerzos y meriendas. Evita grandes cantidades para que el/la niño/a tenga hambre en las comidas principales. Algunas opciones saludables son: fruta entera o troceada, frutos secos al natural o tostados, bricks de leche o yogur natural o un bocadillo de pan integral y tortilla, atún o jamón cocido con alto porcentaje de carne.
Comidas y cenas. Incluye siempre una ración de verduras cruda o cocinada. Si tus hijos/as no aceptan una gran variedad, puedes proponerles el reto de probar una verdura u hortaliza nueva a la semana. Además, incorpora una ración de proteína, evitando las carnes procesadas, y una ración de cereales, si son integrales mejor. Escoge el agua como bebida principal e incluye grasas de calidad como el aceite de oliva. Por último, escoge la fruta como postre.