
Sin haber cumplido un año de edad, la vida le planteó un duro reto a Josué. Ese reto tenía nombre de sarcoma de partes blandas. Los médicos se lo diagnosticaron cuando sus padres, Claudia y José Luis, comprobaron que el grano que tenía en el hombro izquierdo había adquirido el volumen de una pelota de balonmano. Tenía tan sólo once meses y los especialistas les dijeron que era necesario amputarle el brazo izquierdo, aunque no desapareciese el riesgo.
Desesperados por aquella solución, los padres de Josué decidieron buscar en internet alguna alternativa. Gracias al testimonio de un niño que se había recuperado con éxito de un osteosarcoma en la Clínica Universidad de Navarra, decidieron acudir allí. El traslado fue posible gracias a varias donaciones de familiares y amigos de la iglesia. Con su ayuda pudieron afrontar la mitad de los gastos de la intervención, aunque la deuda pendiente era insumable para la precaria situación económica ya que ambos se encontraban en paro: José Luis había sido despedido de su empresa por llegar varias veces tarde al tener que cuidar de su hijo enfermo.
Pero gracias a la ayuda de la Clínica Universidad de Navarra y a las donaciones de empresas y gente anónima a través del patronato «Niños contra el Cáncer», los padres de Josué pudieron afrontar la deuda pendiente de la intervención con la que su hijo pudo plantar cara al cáncer sin perder su brazo. «Esa ayuda es impagable. Pido a la gente que ayude porque las investigaciones contra el cáncer son carísimas. Pido a la gente que pueda hacerlo que se anime a donar, aunque sea un granito, porque todo suma para ayudar a salvar muchas vidas», reconoce Claudia en una entrevista.
Hoy Josué es un niño de dos años, sonriente, travieso, vital. Al igual que él, niños como Tamara, Eduardo, Miguel o Estefanía pueden dar testimonio de su batalla contra el cáncer.
“Niños contra el Cáncer” es un proyecto de la Clínica Universidad de Navarra impulsado en 1982 con dos objetivos: investigar en la búsqueda de soluciones para el 25% de casos oncopediátricos para los que todavía no hay alternativa terapéutica, y ayudar a familias con recursos insuficientes para que sus hijos enfermos puedan acceder a tratamientos específicos.
Aunque el cáncer sigue siendo la primera causa de muerte infantil por enfermedad en los países desarrollados, la investigación realizada en los últimos treinta años ha permitido incrementar enormemente la posibilidad de supervivencia de los niños enfermos, y conseguir que el pronóstico de curación pase del 25% al 75% de los casos.
Ese 25% de los casos para el que aún se desconoce una alternativa terapéutica hace que “Niños contra el Cáncer” se encuentre aún muy lejos de su objetivo: curar el 100% de los casos.
Por este motivo, es imprescindible la colaboración de todos para potenciar la investigación y ayudar a familias con recursos insuficientes para pagar los tratamientos de sus hijos y adolescentes enfermos.
Desde aquí, queremos celebrar Día Internacional del Niño con Cáncer proponiendo el apoyo de este gran reto.
Colabora con ellos y ayúdales a conseguirlo. ¡Por ningún niño más con cáncer!